El Cabildo apoya un proyecto para la prevención de drogodependencias en jóvenes
El Cabildo de Tenerife, a través del Instituto de Atención Social y Sociosanitaria (IASS), financia en un 37% (40.000 euros) una nueva edición del Programa Nova Tenerife de prevención de las drogodependencias en adolescentes y jóvenes, destinado a detener el deterioro ocasionado por el consumo precoz de sustancias. Nova se dirige a aquellas familias con algún adolescente o joven que presente una problemática social asociada al consumo de drogas, trabajando en el desarrollo de recursos personales y sociales para evolucionar en su madurez en un contexto normalizado.
Este proyecto, cuyo presupuesto asciende a 107.123 euros, trabaja en red con los recursos e instituciones, de ahí que cuente también con la colaboración y financiación de la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias y los ayuntamientos de Granadilla y Adeje, además de otros cuya aportación económica está aún pendiente de confirmación. Los destinatarios del proyecto son los sistemas familiares con hijos adolescentes y/o jóvenes (entre 15 y 22 años) con problemática asociada al consumo de drogas.
La vicepresidenta y consejera insular de Acción Social, Cristina Valido, que mantuvo un encuentro con los responsables de Proyecto Hombre y las administraciones implicadas en este programa, manifestó su satisfacción por el apoyo del Cabildo a “un proyecto que incide en un sector de la población especialmente vulnerable ante las drogodependencias, que precisa del compromiso de todos los agentes implicados en su protección, incidiendo en factores personales y sociales”.
El Programa Nova surge en 1995 ante la demanda de las familias con esta problemática y la escasa idoneidad que ofrecían los programas preventivos de drogodependencias dirigidos a adultos. Es, por tanto, un proyecto de prevención, que pretende incidir en los factores de riesgo de la familia y el adolescente o joven, potenciando los factores de protección, personales, sociales y familiares, que previenen o retrasan la aparición de conductas de riesgo de consumo de drogas.
Estas actuaciones se llevarán a cabo de forma ambulatoria, realizando una intervención fundamentalmente individual, fortalecida con un trabajo grupal de terapia y formación para familias. El objetivo es dotar a las familias y a los adolescentes de estrategias y herramientas sociales, emocionales y relacionales, necesarias para evitar la adicción y /o reducir los daños, así como una mejora de las relaciones familiares y sociales del adolescente con el entorno que le rodea.
La finalidad del programa es frenar el deterioro que el contacto con el consumo de sustancias ha hecho en los menores adolescentes y sus familias desarrollándose en tres líneas básicas de intervención: en el entorno familiar, con un trabajo como sistema; en los padres, madres o aquellas personas que puedan ejercer este rol, con coloquios individuales, grupos de autoayuda y escuela de familias, y con el adolescente o joven mediante coloquios individuales.
La metodología del Programa está dividida en dos fases: una primera fase de evaluación y motivación (de 3 meses de duración) en la que se recoge información y se evalúa la demanda, al tiempo que se forma y acompaña a las familias. La segunda fase servirá para desarrollar el plan de trabajo, que es un plan individualizado de prevención, con una duración aproximada de seis meses. El Programa se desarrolla trabajando en coordinación con la corporación local del municipio, los centros educativos y los recursos implicados.
El equipo de Proyecto Hombre que llevará a cabo este programa está formado por técnicos en prevención de drogodependencias con formación específica como terapeutas, impartida por la Asociación Proyecto Hombre de Madrid. En los equipos se integran personas voluntarias que aportan valores de solidaridad a la acción que desarrollamos.
El consumo de drogas no es un compartimento estanco en la vida de las personas, sino que guarda estrecha relación con su estilo de vida y con todas las áreas que confirman su realidad personal y social, así como con su repertorio de habilidades y recursos para hacerle frente, por eso la prevención debe incluir necesariamente una preparación para la vida, incidiendo en aquellas variables implicadas en la aparición y desarrollo de consumo de drogas, y mejorando aquellas habilidades personales favorecedoras de estilos de vida saludables.
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